La Regeneración Facial se produce usando la propia sangre del paciente, que contiene todos los elementos regeneradores que hoy en día se usan tanto en Medicina Estética Facial como en otras especialidades, como lo es la Traumatología para el tratamiento de lesiones en las articulaciones.
Mediante una simple extracción de sangre del paciente, se procede a la centrifugación de la misma y así se separa la parte que contiene las plaquetas. El primero así es usado para tratar la piel de la cara y del cuello, además del escote y de las manos, con unos resultados espectaculares.
No tiene efectos secundarios y una buena selección del paciente será clave para lograr el mejor resultado.